Ya estoy un poco harto de explicar porqué soy agnóstico. Porqué me llamo seudo-nacionalista por elección. Porqué escucho música “rara”. En fin, porque no hago lo que hacen todos.
Lo voy a postear acá. Al siguiente preguntón(a) le entrego un papelito con la dirección de este blog, y al diablo.
Resulta que por algo intrínseco a su naturaleza, existen (pocas) personas que no pueden dejar de pensar, antes de elegir, antes de aceptar una verdad, antes de existir.
Desde que nacemos, nos cargan data. Respuestas a preguntas aún no formuladas. No nos enseñan a pensar. Nos enseñan en qué pensar. Recibimos como indispensables las creencias de nuestros padres y la sociedad que nos rodea. Nos inculcan sus miedos, sus valores. Los aceptamos como ciertos sin cuestionarlos. Pagamos el precio de hacer lo que hacen los demás, convenciéndonos de que es lo correcto. Si dentro nuestro hay una pequeña duda, la acallamos pensando en la soledad del destierro social. Somos receptores y repetidores. Nuestros valores son sólidas columnas (de fanatismo en algunos casos) construidas sobre cimientos fangosos no revisados, no repensados. Aceptados a ciegas.
El “problema” es que mi naturaleza se rebela contra esa condición. No quiero aceptar las cosas sin procesarlas, sin comprenderlas.
¿La religión?, La cultura más reducida tiene sus Dioses a los cuales pedir protección, tan respetables como Jesucristo o Buda, pero tan inciertos como aquellos. El más fanático islamita, o fundamentalista cristiano, sería un ferviente seguidor de otro Dios, si la casualidad lo hubiera hecho nacer en diferente lugar. No tengo la soberbia de negar ni afirmar la existencia Divina. Soy cauto. Por ahora, no puedo (pero quiero) saber que hay más allá.
¿La nacionalidad?. El mundo no se creó con naciones. Se creó con territorios y agrupaciones de humanos. El humano defiende su territorio y su tribu. Si por mi fuera, aboliría las banderas y los himnos. Cultivaría la individualidad y la libertad, siempre que existiera un orden mundial justo. Las cosas son diferentes en la realidad. Los humanos -agrupados en sociedades- compiten por alcanzar un mejor nivel de vida a costa de otros grupos de humanos. La organización actual está así. No queda otra opción que agruparse. La agrupación natural es con aquellos que más se nos parecen. La nación latina/hispana. Pero dentro de esta gran nación, hay subdivisiones que, a su vez, tratan de imponerse a otras. En tanto no exista la nación latinoamericana, hay que identificarse con la sociedad peruana. Pero luego, dentro de la sociedad peruana hay grupos en disputa… Al final me quedo con la nación peruana, porque es el sector socio económico donde podemos desarrollarnos sin tanta traba, como la que tiene un extranjero en otro país. Por eso, protejo y defiendo mi casa que es la nación, pero lo hago motivado por una necesidad, y esperando que algún día exista la nación latina.
Tal vez debería frecuentar más a la gente que está en mi frecuencia. Mis amigos músicos, poetas. Los “locos” que son como yo. El tema es que la gente “normal” está por todos lados, y si pillan algo de tu música, o te preguntan tu religión, se vuelve a iniciar esa larga explicación sin sentido. Sin sentido, porque en sus cerradas mentes, difícilmente va a prosperar la menor inercia de pensamiento realmente libre.
Como dijo Rush, en su memorable Subdivisions (himno de mi adolescencia):
Sprawling on the fringes of the city, In geometric order, An insulated border, In between the bright lights, And the far unlit unknown.
Growing up it all seems so one-sided, Opinions all provided, The future pre-decided, Detached and subdivided, In the mass production zone.
Nowhere is the dreamer, Or the misfit so alone.
Subdivisions, In the high school halls, In the shopping malls, Conform or be cast out.
Subdivisions, In the basement bars, In the backs of cars, Be cool or be cast out.
Any escape might help to smooth, The unattractive truth, But the suburbs have no charms to soothe, The restless dreams of youth.
Drawn like moths we drift into the city, The timeless old attraction, Cruising for the action.
Lit up like a firefly, Just to feel the living night.
Some will sell their dreams for small desires, Or lose the race to rats, Get caught in ticking traps.And start to dream of somewhere, To relax their restless flight. Somewhere out of a memory, Of lighted streets on quiet nights...
Resulta que por algo intrínseco a su naturaleza, existen (pocas) personas que no pueden dejar de pensar, antes de elegir, antes de aceptar una verdad, antes de existir.
Desde que nacemos, nos cargan data. Respuestas a preguntas aún no formuladas. No nos enseñan a pensar. Nos enseñan en qué pensar. Recibimos como indispensables las creencias de nuestros padres y la sociedad que nos rodea. Nos inculcan sus miedos, sus valores. Los aceptamos como ciertos sin cuestionarlos. Pagamos el precio de hacer lo que hacen los demás, convenciéndonos de que es lo correcto. Si dentro nuestro hay una pequeña duda, la acallamos pensando en la soledad del destierro social. Somos receptores y repetidores. Nuestros valores son sólidas columnas (de fanatismo en algunos casos) construidas sobre cimientos fangosos no revisados, no repensados. Aceptados a ciegas.
El “problema” es que mi naturaleza se rebela contra esa condición. No quiero aceptar las cosas sin procesarlas, sin comprenderlas.
¿La religión?, La cultura más reducida tiene sus Dioses a los cuales pedir protección, tan respetables como Jesucristo o Buda, pero tan inciertos como aquellos. El más fanático islamita, o fundamentalista cristiano, sería un ferviente seguidor de otro Dios, si la casualidad lo hubiera hecho nacer en diferente lugar. No tengo la soberbia de negar ni afirmar la existencia Divina. Soy cauto. Por ahora, no puedo (pero quiero) saber que hay más allá.
¿La nacionalidad?. El mundo no se creó con naciones. Se creó con territorios y agrupaciones de humanos. El humano defiende su territorio y su tribu. Si por mi fuera, aboliría las banderas y los himnos. Cultivaría la individualidad y la libertad, siempre que existiera un orden mundial justo. Las cosas son diferentes en la realidad. Los humanos -agrupados en sociedades- compiten por alcanzar un mejor nivel de vida a costa de otros grupos de humanos. La organización actual está así. No queda otra opción que agruparse. La agrupación natural es con aquellos que más se nos parecen. La nación latina/hispana. Pero dentro de esta gran nación, hay subdivisiones que, a su vez, tratan de imponerse a otras. En tanto no exista la nación latinoamericana, hay que identificarse con la sociedad peruana. Pero luego, dentro de la sociedad peruana hay grupos en disputa… Al final me quedo con la nación peruana, porque es el sector socio económico donde podemos desarrollarnos sin tanta traba, como la que tiene un extranjero en otro país. Por eso, protejo y defiendo mi casa que es la nación, pero lo hago motivado por una necesidad, y esperando que algún día exista la nación latina.
La música. No puedo dejar de pensar en esas megaempresas que son las disqueras. Estas trazan sus planes para incrementar el retorno de sus accionistas. Para eso, deben conquistar mayores porciones de mercado. Contratan artistas quienes se sientan en grandes mesas con gente del business a su alrededor. La consigna: crear productos pegajosos de consumo masivo. Una vez creados, contratan las emisoras radiales con las cuales van a bombardear los oídos de la masa. La masa es ametrallada con esta música, y obedientes se dirigen a adquirirla en sus discotienda favorita. Amén. Por mi parte, prefiero explorar. Ir más allá de lo que es el consumo masivo y su fastmusic. Tal vez lo que yo escuche, sea otro mercado creado para gente como yo. No lo niego, pero al menos siento que puedo elegir con mayor margen y no compro por imitación o para estar “a la moda”. Ah, y si no encuentro la música que necesito oír, la construyo. Sin ser músico, trato de plasmar en un sintetizador el sonido que proviene desde mi interior. Pobre de los “a la moda” que lo escuchen. Salen corriendo.
Tal vez debería frecuentar más a la gente que está en mi frecuencia. Mis amigos músicos, poetas. Los “locos” que son como yo. El tema es que la gente “normal” está por todos lados, y si pillan algo de tu música, o te preguntan tu religión, se vuelve a iniciar esa larga explicación sin sentido. Sin sentido, porque en sus cerradas mentes, difícilmente va a prosperar la menor inercia de pensamiento realmente libre.
Como dijo Rush, en su memorable Subdivisions (himno de mi adolescencia):
Sprawling on the fringes of the city, In geometric order, An insulated border, In between the bright lights, And the far unlit unknown.
Growing up it all seems so one-sided, Opinions all provided, The future pre-decided, Detached and subdivided, In the mass production zone.
Nowhere is the dreamer, Or the misfit so alone.
Subdivisions, In the high school halls, In the shopping malls, Conform or be cast out.
Subdivisions, In the basement bars, In the backs of cars, Be cool or be cast out.
Any escape might help to smooth, The unattractive truth, But the suburbs have no charms to soothe, The restless dreams of youth.
Drawn like moths we drift into the city, The timeless old attraction, Cruising for the action.
Lit up like a firefly, Just to feel the living night.
Some will sell their dreams for small desires, Or lose the race to rats, Get caught in ticking traps.And start to dream of somewhere, To relax their restless flight. Somewhere out of a memory, Of lighted streets on quiet nights...
5 comentarios:
Yo creo que la religión te da ciertos parámetros de vida, de convivencia.. y estoy de acuerdo que dependen mucho de tu entorno.. y lo cierto es que cuando te atreves a vivir como tu quieres, a construir tus propias metas, pierdes muchas cosas o amigos... por vivir tu propia realidad...
Creo que lo interesante no es que religion tengas, ni en que dios crees, creo que si eres buena persona ... no importa...
Creer en lo que te dice la religión, aunque no sea verdad.. creo que tampoco tiene importancia .. porque al final no se Dios creo al hombre o el hombre creo a Dios, conforme a sus necesidades.. ya que en los momentos más criticos de nuestras vidas hasta el más ateo tiene que aferrarse a una fuerza superior y creo que a esa fuerza superior se le llama Dios.
no creo que las personas que sean devotas de su religión no piensen o se cuestionen, en algún momento deben haberlo hecho y tomaron su decisión. nada mas.
y los que escuchan música "a la moda" fácil que no han tenido acceso a música diferente cuando formaron sus gustos musicales o sencillamente les gusta los que escuchan, mucho depende de la casualidad (como en la religión), si yo de pequeño no hubiese escuchado the cure probablemente ahorita estaría en otra.
Estoy de acuerdo con ambos. La cuestión de fondo es evitar "yo quiero que tú vivas como yo creo que debes vivir, y que creas en lo que yo pienso que debes creer, etc.".
Pondero la libertad individual, y la toma de decisiones personales (es cosa de cada quien si uno es agnóstico, ateo, o creyente). Lo que no me gusta es esa actitud de pretender imponer sus creencias a los demás, o peor; esa "estrechez de mente" para no tener siquiera la intención de tratar de comprender cosas nuevas (el miedo se ve en los ojos de la gente), que tiene buena cantidad de gente.
Eso del preguntón me ha hecho acordar que cuando recién conozco a alguien siempre me ha incomodado que me pregunte: "¿y a tí que tanto te gusta la música, qué escuchas?", para no complicarme la vida digo rock, y me salen con: "ah que bacán, entonces porfas pásate el último de bon jovi y maná", ouuuch!... y no digo pop porque de ahí piensan que soy fan de mtv, britney spears, pedro suarez y demás bazofias así, y si digo indie peor pes, me dicen: "indiana jones es buena, pero te pregunté por música". Esto es en el 90% de los casos, por eso evado esa pregunta como sea, pero bueno ¿y quién ha escuchado todo?
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